viernes, 17 de febrero de 2012

TRES AÑOS

Mi niñita, ya vas a hacer tres años, tres años!!!Quien lo diría? aún recuerdo cuando te pude llevar a casa y no dejaba de mirarte y mirarte. Pensaba que como era posible haber hecho ese asombroso truco de magia, estabas allí, eras un ser independiente a mi, abrías tus ojitos y me mirabas, eras una completa desconocida para mi y al mismo tiempo el amor que sentía por ti era infinito.
La lactancia al principio no fue lo que esperaba, sentía dolor, pero aquello era un reto personal, no renunciaría a tener ese vínculo especial contigo. Los 2 primeros meses fueron realmente malos, ahora al echar la vista atrás puedo llegar a comprender que algunas mamás abandonen la lactancia si es que sienten el dolor que yo llegué a sentir. Me siento orgullosa de pertenecer a esta tribu, las de la teta, que dentro de su tiempo y sus posibilidades ayudan a otras mamas a no pasar por ese dolor, si es que existe, a que sea el menor tiempo posible, si es que ya se ha iniciado, a dar apoyo moral si es que se sienten solas en esto de amamantar a nuestras criaturas…en fin, me siento orgullosa de estar ahí después casi tres años.
Después de los inicios duros empezó nuestra luna de miel, que delicia amamantarte, abandonarme a ese momento, conectar contigo y con todo a la vez, sentirme en lugar y en el momento en donde sentía que debía estar, sentirme plena y feliz, era una mamá y en cada tetada me regalaba a ti y tu me devolvías con creces todo el amor que te entregaba. Aún recuerdo, y todo mi cuerpo se estremece, la primera vez que tomando teta te separaste de ella sin dejar de mirarme, me sonreíste y me dijiste aggo!, creo que ese recuerdo lo conservaré toda mi vida como uno de los más bellos.
Ibas creciendo y no me plateaba que esto terminara nunca, no deseaba que crecieras y nos desvinculáramos, te sentía en las entrañas, éramos dos sí, pero algo nos rodeaba mágicamente y nos hacia comprendernos y necesitarnos. Eso si, había veces en que me sorprendía a mi misma pensando: “a mi no me gustaría amamantar más allá de los 2 años”
Y los dos años se acercaban y algo de repente cambio en mi, quise recuperar mi cuerpo para mi sola, no se que paso, que me ocurrió?, pero de repente me vi obsesionada con dejar la lactancia, quería que se respetara mi opinión únicamente, es como si tuviera que cumplir esa meta secreta que me había impuesto (no amamantar más allá de los 2 años). Empezó una etapa de enfrentamiento contigo, ahora no! Solo un chupito! Te doy si te vas a dormir! Dame teti por fi!! Las noches me hacían desesperarme, me enfadaba conmigo misma, quedaría solo el recuerdo final de la lactancia? Que me ocurría? Era por los demás? Realmente era por mi?
De repente llegamos a un punto en el que me sentía cómoda, seguía dándote la teta pero ya no era continuamente, ya no me molestaba, bueno quizás aún un poquito las noches que no acababas de hacerlas del tirón. Empezaste a comprender que en esto de la teta no solo decidías tú, que era una cosa de las dos, entendiste mi individualidad y ahora con el tiempo comprendo lo egoísta que te pude parecer en ese tiempo de obsesión, nunca parecía gustarme que tomaras la teti, debiste sentirte muy sola e incomprendida en algunos momentos, no sabes cuanto lo siento. Pero también creo que si no hubiese tomado esa actitud habría acabado asumiendo un papel de madre sacrificada y mártir con el que no estoy en absoluto de acuerdo.
Ya vas a hacer 3 años y en contra de mi meta autoimpuesta, que aún me preguntó cual fue la verdadera razón de ponerme un tope a la lactancia, me siento feliz, siento que pronto te marcharás definitivamente por tu propia iniciativa de mi regazo, ya no tomas teta en mitad de la noche, al fin has conseguido dormir de una vez toda la noche (bueno excepto algún despertar normal que tenemos todos de vez en cuando), al fin he aprendido a respetar tu ritmo en este aspecto, porque para ti la teta hace mucho que dejo de ser alimento, es algo más, mucho más, un alimento para tu corazón, algo que tiene que ver con tu alma, con nosotras, con tus miedos, con tus necesidades e inseguridades. Es tu manera de llegar a mi, pero a mi yo verdadero, a ese yo que hay veces que ni yo misma llego. Esperaré te lo prometo, esperaré a que seas tú quien te sientas preparada para iniciar una nueva etapa, y mientras…mientras disfrutaré del amor que me das en cada tetada. Ayer mismo estando en la cama te volviste a separar sin dejar de mirarme y sonriendo me dijiste: te quiero!. Volví a sentir esa sensación del primer aggo! Y descubrí que aquella vez , ya lejana, fue la primera en la que me dijiste con sonidos que me querías.
Despediré la lactancia con felicidad, con agradecimiento, orgullosa de haberla compartido contigo y haber sabido recoger y disfrutar lo bueno que me ha dado. Importándome un bledo lo que otros ajenos a ti y a mí puedan pensar, porque solo tú y yo sabemos que significa dar la teta más allá de los dos años.

Yarim Febrero 2012