miércoles, 9 de junio de 2010

NACIMIENTO DE HÉCTOR - CLINICA ACUARIO

Preliminares.

Cuento todo esto porque me parece esencial para entender que para mí el parto de mi hijo Héctor ha sido algo muy especial.

Hace 4 años me operaron de miomas y en ningún momento me dijeron que esto fuera a influir a la hora de dar a luz. Cuál no fue mi sorpresa cuando estando embarazada de 8 semana, acudo a mi ginecólogo en Cáceres (el que me operó) y antes incluso de explorarme me dice que sería una cesárea programada, que no hay alternativa, que con mi operación no iba a encontrar ningún lugar en el mundo dónde me dejaran ni siquiera, ponerme de parto. Yo me quedé helada porque a esas alturas ya había comenzado a informarme sobre los distintos tipos de parto y fantaseaba con un parto lo menos medicalizado posible, así que el mero hecho de nombrar la cesárea me daba pavor. No pude evitar comenzar a llorar como una niña, desesperadamente y sin consuelo mientras él repetía que no podía parir que mi útero no lo resistiría. Mi sueño de vivir el parto de mi hijo se esfumaba sin ni siquiera comenzar. Nada más salir de la consulta Jesús me animó y me propuso no rendirnos y consultar a otros médicos.

Nos pusimos manos a la obra y visitamos a 3 médicos distintos en Madrid, uno de ellos Emilio Santos, con el que llevé el final del embarazo. Necesitaba el informe de quirófano para que los médicos pudieran valorar la cicatriz y darme su opinión pero al solicitarlo me llevé la triste sorpresa de que estaba en blanco, sí, sí, en blanco, el médico no lo había rellenado, ni una sola anotación asi que no sabré nunca cómo fue en realidad mi operación. A pesar de eso, todas las opiniones que encontré fueron favorables a intentar el parto vaginal, eso sí no se debería utilizar ni oxitocina, ni prostaglandina, ni epidural porque eso sí que era peligroso para mi útero con la cicatriz. Además tendría que ser en un lugar con quirófano por si al final era cesárea. De esta forma y teniendo en cuenta que me lo cubría el seguro, la clínica Acuario fue el lugar elegido para dar a luz a pesar de estar a 700 kilómetros de casa.

En las vacaciones de Navidad nos dimos un viajecito a Beniarbeig en Alicante (el pueblo dónde se encuentra la clínica Acuario) y allí Enrique Lebrero, uno de los gines me dijo sinceramente que era una tontería afirmar que yo no podía parir, tanto cómo decir que sí podía. Que tenía que ponerme de parto y luego se vería. Esto fue determinante para tomar la decisión. Mi fpp era el 2 de Abril y el 18 de Marzo partimos camino del Mediterráneo.


Preparto.

Después de pasar casi unas vacaciones en Beniarbeig, incluyendo paellitas, paseítos por la playa y preparación al parto en Acuario, por fin el día 2 de Abril por la noche comencé con contracciones. No eran ni muy molestas ni constantes y yo me dormía entre una y otra. La mañana del día 3 pararon y no se reanudaron hasta la noche. De nuevo toda la noche con contracciones flojitas e irregulares. Al final mandé a Jesús al salón porque como mejor estaba era moviéndome por la cama. Mientras mi cuerpo se iba preparando para recibir a mi hijo yo en cada contracción hacía aaaaaaaaaaaaa como si fuera un mantra y cómo había aprendido en la preparación al parto con Gloria, matrona de Acuario. Mientras, Jesús cronometraba los tiempos. A las 6 de la mañana al ir al baño vi que había expulsado el tapón, me alegré bastante porque eso quería decir que algo se estaba ya moviendo por ahí dentro y que ese trabajo ya lo llevaba hecho para cuando el parto comenzase. Lo que le pedía todo el rato al bebé era no romper la bolsa muy pronto, de las historias de parto que había leído saqué la conclusión que cuando se rompía la bolsa pronto el parto era más largo y doloroso, así que repetía todo el rato, 'Cariño, empuja pero todavía no rompas la bolsa, mi vida'.

Por otra parte estaba convencida que las contracciones pararían al llegar la mañana porque siempre había pensado que pariría de noche, pero no fue así. Las contracciones eran cada vez más molestas y frecuentes. Recuerdo que me llamó mi hermano y apenas pude ya hablar con él. En ese punto sentía perfectamente cómo el bebé empujaba y después venía la contracción, era realmente emocionante.

No sé qué hora era cuándo Jesús me dijo que él creía que ya debíamos irnos a la clínica, al final llamamos primero a ver qué me decían. Me encantó escuchar a Gloria al otro lado, pensé 'Quiero parir con ella' pues la conocía de la preparación y me daba mucha confianza. Ella me dijo que fuera para hacer unos monitores, escuchar al bebé y así me quedaba tranquila, y eso hicimos.



El parto

Llegamos a Acuario a las 15:30 más o menos, después de conseguir ducharme, vestirme y salir de casa con las contracciones. Allí se respiraba una paz inusual porque al ser fiesta no había nadie por los pasillos y lo agradecí bastante. Aún así cuando hicimos el monitor no se veían contracciones fuertes, dejé de sentirlas, el latido del bebé era perfecto pero sentía que el parto se había detenido. Gloria me lo advirtió, me dijo que eso no eran contracciones de parto y yo insistía que en casa tenía más y más fuertes, que incluso al salir del piso me había tirado al suelo para poder sobrellevar una contracción fortísima. Al ratito, y viendo que no había contracciones Gloria me preguntó si quería que me hiciera un tacto y veíamos qué tal. A mi me daba pánico que me dijera que aquello no había empezado y se lo hice saber, me dijo que no pasaba nada que la recordaría a ella como la mala de la película toda la vida y ya está. Después de explorarme me dijo que estaba de 2 o 3 cm. Yo lo que quería oir es que estaba de parto pero me dijo, ''Digamos que te estás poniendo de parto''. Uff, no estaba nada claro y ahora tocaba decidir quedarme o marcharme de nuevo a casa. No sabía qué hacer, asi que hablando con Gloria le conté que había expulsado el tapón y que había un poco de sangre. Ella me dijo que sangre habría más y eso para mí fue decisivo, si va a haber sangre me quedo. Me daba pánico que me pasara algo, ahí comenzó a rondarme el gran miedo que andaba en el subconsciente, la maldita ruptura uterina. Como era primeriza calculaban que el parto sería esa noche o la mañana siguiente. Al subir a las habitaciones estaban libres la 202 y 204, 'Quiero la 204' dije, porque pensé que tenía que parir el día 4, que era ese día y no al siguiente. Mientras Jesús se fue a buscar las cosas yo me puse el camisón y los calcetines que había echado en mi bolso por si acaso, pedí una pelota de dilatación, les mandé un mensaje a unas amigas para que me mandaran toda su energía, y encendieran una vela que les había dado yo para este momento e intenté dejarme llevar.

Recuerdo que las contracciones comenzaron a ser más constantes y molestas, dónde mejor las llevaba era en la pelota. Me cansaba de la misma posición y tenía que variar asi que alguna también la pasé en la hamaca y en la cama a cuatro patas, pues era la postura que me habían recomendado Gloria y Enrique para que el bebé se colocase mejor para salir. Aquí comencé a perder la noción del tiempo, cuando llegó Jesús las contracciones eran ya cada minuto y apenas tenía descanso. Ya eran muy dolorosas y ante la perspectiva de toda la noche así grité que yo así no aguantaba hasta la mañana siguiente. De pronto me entraron unas ganas tremendas de ir al baño y me fui al vatér a empujar. ¡mira que lo había leído veces¡ cuando entran ganas de empujar es que es ya el expulsivo, pero era tan pronto y no había roto aguas que ni me imaginé que ya estuviera cerca el final.

Una de esas veces empujando ví que tenía un poco de sangre y me asusté un montón, aquello dolía mucho, no había apenas descanso... el pánico se apoderó de mi y cuando llegó la auxiliar y me dijo que Gloria me había preparado la bañera y que bajara a paritorio le dije 'Dile a Gloria que suba porque a mi se ma ha roto el útero'. Lo recuerdo ahora y me resulta hasta cómico pero eran todos los miedos que tenía en el subconsciente, y que salieron en ese momento.

Aún así me convencieron para bajar a paritorio y una vez allí al ver Gloria que estaba en el expulsivo me dijo que la bañera estaba preparada, que si quería podía tenerlo dentro, pero que tuviera en cuenta que el expulsivo en el agua era más lento, asi que decidí no meterme. Entonces me preguntó si quería poner música o velas y si habíamos traído cámara de fotos. Yo decía 'mis velas, mis velas' y Jesús subió a la habitación a buscar las velas que había comprado unos meses antes con todo mi cariño y a por la cámara de fotos.

Mientras yo hablé con Gloria sobre mi miedo a la ruptura uterina y ella me dijo que me quitara eso de la cabeza, que así no lograría parir. Me puso el monitor y vimos el latido bien y me tranquilicé, pensé que tenía que confiar en ella y le confesé que me estaba cagando, sí literalmente, así era aunque suene escatológico esa era la sensación, me puse en cuclillas a empujar y ella me dijo que no me preocupara que todas las mujeres se hacían caca, que empujara sin miedo si no mi hijo no podría nacer. De esta forma, yo me puse en cuclillas, me puso debajo la silla de partos mientras le dijo a Jesús que se sentara detrás y me sujetara. Todo esto ya lo recuerdo como un sueño, estaba totalmente endorfinada, y en eso que había leído que le llaman el planeta parto.

Aquí volvió a entrarme un pánico terrible, el cuerpo empujaba sólo de una forma brutal, me daba muchísimo miedo. Recuerdo que Gloria me decía que mirara y me tocara para ver cómo iba asomando la bolsa, que todavía seguía intacta, pero yo estaba muy concentrada en empujar y no quería mirar. El expulsivo fue realmente corto, recuerdo haber empujado unas cuatro o cinco veces, en la penúltima es verdad que sentí como si me rompiera en dos, y en el último sentí perfectamente como el bebé asomaba la cabecita. En ese momento Gloria me dijo que parara, sentí que algo pasaba, de nuevo me pidieron que empujara, ahora sentí los hombros perfectamente. De pronto lo tenía encima, era mi hijo, no podía creerlo, recuerdo nítidamente su tacto y sobre todo su olor ¡qué bien olía¡ Le pregunté a Gloria que si venía con vuelta y me dijo que sí pero que estaba perfectamente, le toqué el culito y busqué si era niño o niña, ¡era niño¡, se llamaría Héctor y me acordé de todas las que viendo mi barriga me habían pronosticado que tendría una niña y me hizo mucha gracia. A partir de ahí de todo lo que pasó en el paritorio sólo me acuerdo de que no podía parar de mirar a Héctor. Su padre cortó el cordón, alumbré la placenta muy rápido, la que por cierto está en el congelador esperando que plantemos un árbol. Después llegó el gine, no le dio tiempo a estar en el expulsivo debido a la rapidez, eran las siete menos cuarto de la tarde, me cosió de un desgarro que me había hecho, 5 puntos, ninguno interno, de hecho se ha curado genial y muy rápido. Discretamente recogieron y limpiaron y nos dejaron solos a los tres, fueron unos momento inolvidables.

Cada vez me alegro más de haber hecho 700 km para dar a luz, sin duda ha merecido la pena.

Me gustaría agredecer el apoyo a mucha gente que ha estado a mi lado. Por supuesto a todo el personal de la clínica Acuario, por hacer un sitio tan especial para dar a luz y para nacer, sobre todo a Gloria que permitió que mi hijo naciera con su bolsa intacta y supo acompañarme respetuosamente en esos momentos tan importantes. A Jara y Lolo por animarme a tomar la decisión de ir a Acuario, a Marta y Noe por sus ánimos y confianza en que podía hacerlo. A mis padres por respetar en todo momento mis decisiones y sobre todo a Jesús, porque en todo momento confió en mí, no dudó ni un instante y entendió mis ganas de vivir el parto de nuestro hijo de una forma natural y respetada, me acompañó y vivió estos momentos tan especiales para los dos a mi lado.

Lo único que me queda por decir es que a mi intentaron robarme estos momentos y me duele que diariamente se los roben a muchas mujeres y sus bebés, espero que poco a poco los profesionales confíen más en el cuerpo y la sabiduría femenina para parir, de esta forma se ahorraría mucho sufrimiento en los paritorios españoles. Y bueno, espero que mi relato sirva a alguna futura mamá igual que a mi me sirvieron todos los que leí en mi embarazo.

sábado, 5 de junio de 2010

Día Mundial de los Derechos del Nacimiento

El lunes, 07 de junio de 2010, está declarado el día Mundial de los Derechos del Nacimiento.

Con el propósito de humanizar la llegada de los bebés a la vida, dándoles la bienvenida más cálida y teniendo en cuenta los estudios científicos, que en los últimos años se han llevado a cabo por investigadores en los diferentes campos de la medicina, la psiquiatría y la psicología, de la talla de Wilhelm Reich, Frederick Leboyer, Michel Odent., Thomas Verny, Alfred Tomatis, Jorge Cesar Martínez... entre otros. Tales investigaciones coinciden en subrayar que durante la gestación, nacimiento y primera infancia se gesta la salud física y psíquica del futuro adulto, salud que se formará con las experiencias vividas durante dicho período. Basándose en dichas investigaciones, como forma de prevención, la Plataforma Pro Derechos del Nacimiento presenta las siguientes propuestas:

PRIMERO.- La decisión de concebir un hijo / a debería ser tomada libre y responsablemente por la madre y el padre. Los padres tendrían que ser conscientes de la importancia que para su hijo / a tiene el que ellos le comuniquen su aceptación y su afecto desde el inicio de la gestación.

SEGUNDO.- El útero materno ha de ser para el bebé lugar de bienestar. Él necesita sentirse protegido, seguro y querido, para ello es importante la preparación de la futura madre. La gestación tendría que ser una experiencia consciente, responsable, vivida por los padres con gozo; un periodo de enriquecimiento que inicie una relación plena y gratificante.

TERCERO.- Los padres deberían recibir toda la información y todo el apoyo. Para que el embarazo se desarrolle con satisfacción y en armonía sería recomendable el trabajo conjunto y la preparación previa entre los padres y la persona o personas que vayan a asistir al parto.

CUARTO.- El lugar, el ambiente y la compañía en el momento de la llega de un bebé deberían cuidarse con esmero. La manera en que un bebé llega a este mundo es de vital importancia para él, para sus padres y para la sociedad en la que nace, por ello, la decisión de dónde, con quién y cómo queremos que nazca nuestro hijo / a debería tomarse responsablemente, teniendo la seguridad de que es lo mejor que le podemos ofrecer.

QUINTO.- En su nacimiento, el bebé debería ser el principal protagonista. Uno de los acontecimientos más trascendentales en la vida de un ser humano es el de su nacimiento, debería ser el bebé, junto con sus padres, el verdadero protagonista de este hecho. La madre tendría que colaborar activamente con su hijo o hija en esta aventura de nacer. El padre debería ofrecer todo su apoyo, sus cuidados y contribuir así al bienestar del bebé y de su pareja. Se trata de favorecer, y no perturbar, el proceso de nacimiento, de facilitar el encuentro entre la madre, el bebé y el padre.

SEXTO.- Respeto al proceso fisiológico del parto. El parto se debería desarrollar en las mejores condiciones de intimidad, de respeto, de delicadeza, de calma, de libertad para dar a luz en cualquier posición. Las luces intensas, el exceso de ruido, las órdenes, las prisas, la rigidez de los protocolos, la falta de privacidad y las intervenciones sistemáticas inhiben el proceso natural del nacimiento.

SÉPTIMO.- A ningún bebé se le debería privar de la creación del vínculo extrauterino con su madre. Es absolutamente necesario para el recién nacido permanecer junto a su madre, su vida biológica continúa en íntima unión con ella, que es lo conocido, su cuna, su alimento y su seguridad. Esta relación tendría que ser respetada porque el bienestar del recién nacido debe prevalecer sobre cualquier otra consideración.

OCTAVO.- El apoyo a la lactancia materna tendría que ser firme, constante, cálido y basado en la información adecuada. A través de la leche materna el bebé recibe, además del mejor alimento, afecto y ternura; recibe inmunidad ante posibles infecciones y se establece una estrecha relación entre él y su madre; recibe estímulo madurativo y una fuente integral de salud para comenzar su andadura en la vida. El tacto es el sentido más desarrollado que tiene el bebé, él necesita ser tocado, acariciado. La madre, que escoge dar el pecho, se pronuncia por dar prioridad a los contactos prolongados con su hijo antes que a otras exigencias de nuestra agitada vida.

NOVENO.- El bebé debería ser atendido personalmente por su madre y / o padre, por lo menos, durante el primer año de vida, con el fin de afianzar el vínculo afectivo entre madre e hijo, tan necesario para éste en su futura vida, y de cubrir las necesidades psicológicas y físicas del bebé, se hace necesario activar fórmulas que permitan mayor presencia de los padres al menos durante el primer año de vida del bebé, tales como la ampliación del periodo de descanso maternal y / o paternal.

DÉCIMO.- El bebé debería contar con nuestro respeto y apoyo incondicional por el sólo hecho de haber sido invitado a venir. El principal derecho del niño / a al nacer es el de recibir nuestro amor, nuestra consideración y nuestro respeto, puesto que es un ser consciente, inteligente y sensible. No hay nada que dé a la vida de un niño o una niña cimientos tan sólidos como la experiencia de sentirse, ya desde el útero, amado y deseado.

Éste texto completo lo he copiado de un enlace de Facebook que nos han enviado a Amaryi (que me perdone quién haya sido si nos lee porque no recuerdo quién ha sido y ahora mismo no puedo buscar el enlace) No obstante, tenéis más información al respecto en la página web de la Plataforma pro Derechos del Nacimiento en http://pdn.pangea.org/plataforma.html. Os invito a que la visitéis ya que hay otro tipo de información al respecto muy interesante.

INFÓRMATE Y DECIDE.

jueves, 3 de junio de 2010

Declaración sobre el llanto de los bebés

"Cuando un recién nacido aprende en una sala de nido que es inútil gritar... está sufriendo su primera experiencia de sumisión." (Michel Odent)



Hombres y mujeres, científicos y profesionales que trabajamos en distintos campos de la vida y del conocimiento, madres y padres preocupados por el mundo en el que nuestros hijos e hijas van a crecer, hemos creído necesario hacer la siguiente declaración:

Es cierto que es frecuente que los bebés de nuestra sociedad Occidental lloren, pero no es cierto que 'sea normal'. Los bebés lloran siempre por algo que les produce malestar: sueño, miedo, hambre, o el más frecuente, y que suele ser causa de los anteriores, la falta del contacto físico con su madre u otras personas del entorno afectivo.

El llanto es el único mecanismo que los bebés tienen para hacernos llegar su sensación de malestar, sea cual sea la razón del mismo; en sus expectativas, en su continuo filogenético no está previsto que ese llanto no sea atendido, pues no tienen otro medio de avisar sobre el malestar que sienten ni pueden por sí mismos tomar las medidas para solventarlo.

El cuerpo del bebé recién nacido está diseñado para tener en el regazo materno todo cuanto necesita, para sobrevivir y para sentirse bien: alimento, calor, apego; por esta razón no tiene noción de la espera, ya que estando en el lugar que le corresponde, tiene a su alcance todo cuanto necesita; el bebé criado en el cuerpo a cuerpo con la madre desconoce la sensación de necesidad, de hambre, de frío, de soledad, y no llora nunca. Como dice la norteamericana Jean Liedloff, en su obra The Continuum Concept, el lugar del bebé no es la cuna ni la sillita ni el cochecito, sino el regazo humano. Esto es cierto durante el primer año de vida; y los dos primeros meses de forma casi exclusiva (por eso la antigua famosa 'cuarentena' de las recién paridas); luego, los regazos de otros cuerpos del entorno pueden ser sustitutivos algunos ratos. El propio desarrollo del bebé indica el fin del periodo simbiótico: cuando se termina la osificación y el bebé empieza a andar: entonces empieza poco a poco a hacerse autónomo y a deshacerse el estado simbiótico.

La verdad es obvia, sencilla y evidente.

El bebé lactante toma la leche idónea para su sistema digestivo y además puede regular su composición con la duración de las tetadas, con lo cual el bebé criado en el regazo de la madre no suele tener problemas digestivos.

Cuando la criatura llora y no se le atiende, llora con más y más desesperación porque está sufriendo. Hay psicólogos que aseguran que cuando se deja sin atender el llanto de un bebé más de tres minutos, algo profundo se quiebra en la integridad de la criatura, así como la confianza en su entorno.

Las madres y los padres, aunque nos han educado en la creencia de que 'es normal que los niños lloren' y que 'hay que dejarles llorar para que se acostumbren', y por ello estamos especialmente insensibilizadas para que su llanto no nos afecte, a veces no somos capaces de tolerarlo. Como es natural si estamos un poco cerca de ellos, sentimos su sufrimiento y lo sentimos como un sufrimiento propio. Se nos revuelven las entrañas y no podemos consentir su dolor. No estamos del todo deshumanizadas. Por eso los métodos conductistas proponen ir poco a poco, para cada día aguantar un poquito más ese sufrimiento mutuo. Esto tiene un nombre común, que es la ‘administración de la tortura', pues es una verdadera tortura la que infligimos a los bebés cuando hacemos esto, y nos infligimos a nosotras mismas, por mucho que se disfrace de norma pedagógica o pediátrica.


Varios científicos estadounidenses y canadiense (biólogos, neurólogos, psiquiatras, etc.), en la década de los noventa, realizaron diferentes investigaciones de gran importancia en relación a la etapa primal de la vida humana; demostraron que el roce piel con piel, cuerpo a cuerpo, del bebé con su madre y demás allegados, produce unos moduladores químicos necesarios para la formación de las neuronas y del sistema inmunológico; en fin, que la carencia de afecto corporal trastorna el desarrollo normal de las criaturas humanas. Por eso los bebés, cuando se les deja dormir sol@sen sus cunas, lloran reclamando lo que su naturaleza sabe que les pertenece.


En Occidente se ha creado en los últimos 50 años una cultura y unos hábitos, impulsados por las multinacionales del sector, que elimina este cuerpo a cuerpo de la madre con la criatura y deshumaniza la crianza: al sustituir la piel por el plástico y la leche humana por la leche artificial, se separa más y más a la criatura de su madre. Incluso se han fabricado modelos de walkyes talkys especiales para escuchar al bebé desde habitaciones alejadas de la suya. El desarrollo industrial y tecnológico no se ha puesto al servicio de las pequeñas criaturas humanas, llegando la robotización de las funciones maternas a extremos insospechados.

Simultáneamente a esta cultura de la crianza de los bebés, se medicaliza cada vez más la maternidad de las mujeres; lo que tendría que ser una etapa gozosa de nuestra vida sexual, se convierte en una penosa enfermedad. Entregadas a los protocolos médicos, las mujeres adormecemos la sensibilidad y el contacto con nuestros cuerpos, y nos perdemos una parte de nuestra sexualidad: el placer de la gestación, del parto y de la exterogestación, lactancia incluida. Paralelamente las mujeres hemos accedido a un mundo laboral y profesional masculino, hecho por los hombres y para los hombres, y que por tanto excluye la maternidad; por eso la maternidad en la sociedad industrializada ha quedado encerrada en el ámbito privado y doméstico. Sin embargo, durante milenios la mujer ha realizado sus tareas y sus actividades con sus criaturas colgadas de sus cuerpos, como todavía sucede en las sociedades no occidentalizadas. La imagen de la mujer con su criatura tiene que volver a los escenarios públicos, laborales y profesionales, so pena de destruir el futuro del desarrollo humano.

A corto plazo parece que el modelo de crianza robotizado no es dañino, que no pasa nada, que las criaturas sobreviven; pero científicos como Michel Odent (1999 y www.primal-health.org), apoyándose en diversos estudios epidemiológicos, han demostrado la relación directa entre diferentes aspectos de esta robotización y enfermedades que sobrevienen en la edad adulta. Por otro lado, la violencia creciente en todos los ámbitos tanto públicos como privados, como han demostrado los estudios de la psicóloga suizo-alemana Alice Miller (1980) y del neurofisiólogo estadounidense James W. Prescott (1975), por citar sólo dos nombres, también procede del mal trato y de la falta de placer corporal en la etapa primera de la vida humana. También hay estudios que demuestran la correlación entre la adicción a las drogas y los trastornos mentales, con agresiones y abandonos sufridos en la etapa primal. Por eso los bebés lloran cuando les falta lo que se les quita ; ella@s saben lo que necesitan, lo que les correspondería en ese momento de sus vidas.


Deberíamos sentir un profundo respeto y reconocimiento hacia el llanto de los bebés, y pensar humildemente que no lloran porque sí, o mucho menos, porque son malos. Ellas y ellos nos enseñan lo que estamos haciendo mal.

También deberíamos reconocer lo que sentimos en nuestras entrañas cuando un bebé llora; porque pueden confundir la mente, pero es más difícil confundir la percepción visceral. El sitio del bebé es nuestro regazo: en esta cuestión, el bebé y nuestras entrañas están de acuerdo, y ambos tienen sus razones.

No es cierto que el co-lecho (la práctica de que los bebés duerman con sus padres) sea un factor de riesgo para el fenómeno conocido como ‘muerte súbita'. Según The Foundation for the Study of Infant Deaths, la mayoría de los fallecimientos por ‘muerte súbita' se producen en la cuna. Estadísticamente, por lo tanto, es más seguro para el bebé dormir en la cama con su madre y su padre que dormir solo, excepto si éstos son alcohólicos o drogadictos o excesivamente obesos. ( Ángel Álvarez, http://www.primal.es) .


Por todo lo que hemos expuesto, queremos expresar nuestra gran preocupación ante la difusión del método propuesto por el neurólogo E. Estivill en su libro Duérmete Niño (basado a su vez en el método Ferber divulgado en Estados Unidos), para fomentar y ejercitar la tolerancia de las madres y los padres al llanto de sus bebés; se trata de un conductismo especialmente radical y especialmente nocivo teniendo en cuenta que el bebé está aún en una etapa de formación. No es un método para tratar los trastornos del sueño, como a veces se presenta, sino para someter la vida humana en su más temprana edad. Las gravísimas consecuencias de este método, han empezado ya a ponerse de manifiesto.

Necesitamos una cultura y una ciencia para una crianza acorde con nuestra naturaleza humana, porque no somos robots, sino seres humanos que sentimos y nos estremecemos cuando nos falta el cuerpo a cuerpo con nuestros mayores. Para contribuir a ello, para que tu hijo o tu hija deje de sufrir YA, y si te sientes mal cuando escuchas llorar a tu bebé, hazte caso, cógele en brazos para sentirle y sentir lo que está pidiendo; posiblemente sólo sea eso lo que quiere y necesita, el contacto con tu cuerpo. No se lo niegues.


He decidido ponerlo tal cuál, completo, porque nos parece tan importante que el sólo hecho de resumirlo parece que le quitas importancia al tema. No obstante, podéis ver todo la información  en http://www.durga.org.es/webdelparto/declaracin_sobrellanto_de_los_bebs.htm así como los por qués de no aplicar el método Estivill y la lista de todos los profesionales, grupos y demás adheridos al manifiesto. Habrá muchos más, como Amaryi, que no aparecen en la lista, pero desde que supimos de la web intentamos adherirnos y tendrán problemas con el correo o lo que sea que no nos permite enviarles mails.
No tiene desperdicio. Y, si te atreves, no te cortes en imprimirlo y entregarlo a tu pediatra ya que, por desgracia, la mayoría (al menos en la zona que nos toca) parece que aún no se han dado cuenta del problema de dejarles llorar y no cogerlos en brazos "porque se mal-acostumbran". Hay que actualizar conocimientos para poder ayudar eficazmente a las madres que van a ésas consultas con dudas de éste tipo.
Seguid vuestro instinto y no les dejéis llorar. Cogedlos cuando os lo pida el cuerpo.

Musicoterapia Prenatal: la música como herramienta y recurso natural de comunicación y vínculo


AEXMU, la Asociación Extremeña de Musicoterapia va a realizar un curso de musicoterapia prenatal dedicada a cualquiera "que admire y respete a los niños, antes y después de nacer, a descubrir cómo la música favorece la relación entre madre e hijo, ayuda a la hora del parto y a los primeros meses de vida y posteriores". Han pensado en utilizar la música para "fomentar el vínculo afectivo-emocional entre Madre, Padre e hijo" y desde Amaryi nos parece una idea fenomenal. Ya que toda iniciativa cuyo fin sea ése o similar tiene todo nuestro apoyo. Porque el vínculo entre el bebé y los padres es fundamental para el desarrollo de los hijos y los beneficios son infinitos si se establece adecuadamente.
Si queréis más información al respecto, la tenéis en su blog http://aexmusicoterapia.blogspot.com/ . Si alguna os animáis a hacerlo esperamos vuestros comentarios al respecto. Serán bien recibidos.

martes, 1 de junio de 2010

31 de mayo: Día Mundial Sin Tabaco

¿Sabemos los efectos del tabaquismo en la lactancia? Mucha gente aún no es consciente del problema que esto puede causar en un bebé, un ser pasivo totalmente expuesto a tantas toxinas diarias. El tabaquismo de una madre (o de un padre aunque en menor grado) influye negativamente en el bebé tanto en la lactancia como en el colecho como en el día a día hasta el punto de que es uno de los motivos por los que una mujer puede negarse a amamantarlo para evitarlo a pesar de los beneficios que la lactancia puede darle al bebé en un hogar de fumadores. El dejar de fumar durante el embarazo ya es un paso, pero el destetar tempranamente por volver a fumar es, por desgracia, una opción demasiado habitual.
Podéis encontrar mucha información al respecto en la web de La Liga de la Leche (http://www.llli.org/Lang/Espanol/LVAugSep04.html).
El ser madre (en mi opinión) es la mejor "excusa" para dejar de fumar. Ánimo, chicas.

Día 28 de mayo: Día Internacional del Juego

Porque todos los niños del mundo, estén donde estén y vivan donde vivan deberían tener el derecho de jugar, y porque según el artículo 31 de la Convención sobre los Derechos del Niño “los estados partes reconocen el derecho del niño al descanso y el esparcimiento, al juego y a las actividades recreativas propias de su edad y a participar libremente en la vida cultural y en las artes”, el día 28 de mayo se ha marcado como el Día Internacional del Juego. Realmente este día no habría que celebrarse porque TODOS LOS DÍAS debería ser el día del juego, porque no debería privarse NUNCA de jugar a un niño pero, lamentablemente, no en todos los sitios es así. De modo que AMARYI se adhiere al manifiesto de la Asociación IPA ESpaña por el Derecho a Jugar. Si quieres adherirte puedes hacerlo aquí: http://eldiadeljuego.wordpress.com/adhesions/ Y podéis encontrar más información sobre dicho manifiesto en http://www.ipaspain.org/ y http://eldiadeljuego.wordpress.com/manifiesto/.
¡A JUGAR TODOS, SIEMPRE!