"El regazo en que caemos al nacer decide de nuestra felicidad o desgracia. ¡Dichoso el hombre sobre el cual han llovido como celestial rocío los besos de sus padres! Estos besos se filtran por la tierna carne del niño y llegan hasta el corazón y lo reblandecen para siempre. Quien haya tenido padres justos y amorosos jamás odiará en conjunto a la humanidad, porque aquellos seres adorados pertenencen a ella. Por el contrario, si el hado adverso le ha deparado un nido helado, nunca podrá echar de sus huesos el frío"
ARMANDO PALACIO VALDÉS
No hay comentarios:
Publicar un comentario