miércoles, 9 de junio de 2010

NACIMIENTO DE HÉCTOR - CLINICA ACUARIO

Preliminares.

Cuento todo esto porque me parece esencial para entender que para mí el parto de mi hijo Héctor ha sido algo muy especial.

Hace 4 años me operaron de miomas y en ningún momento me dijeron que esto fuera a influir a la hora de dar a luz. Cuál no fue mi sorpresa cuando estando embarazada de 8 semana, acudo a mi ginecólogo en Cáceres (el que me operó) y antes incluso de explorarme me dice que sería una cesárea programada, que no hay alternativa, que con mi operación no iba a encontrar ningún lugar en el mundo dónde me dejaran ni siquiera, ponerme de parto. Yo me quedé helada porque a esas alturas ya había comenzado a informarme sobre los distintos tipos de parto y fantaseaba con un parto lo menos medicalizado posible, así que el mero hecho de nombrar la cesárea me daba pavor. No pude evitar comenzar a llorar como una niña, desesperadamente y sin consuelo mientras él repetía que no podía parir que mi útero no lo resistiría. Mi sueño de vivir el parto de mi hijo se esfumaba sin ni siquiera comenzar. Nada más salir de la consulta Jesús me animó y me propuso no rendirnos y consultar a otros médicos.

Nos pusimos manos a la obra y visitamos a 3 médicos distintos en Madrid, uno de ellos Emilio Santos, con el que llevé el final del embarazo. Necesitaba el informe de quirófano para que los médicos pudieran valorar la cicatriz y darme su opinión pero al solicitarlo me llevé la triste sorpresa de que estaba en blanco, sí, sí, en blanco, el médico no lo había rellenado, ni una sola anotación asi que no sabré nunca cómo fue en realidad mi operación. A pesar de eso, todas las opiniones que encontré fueron favorables a intentar el parto vaginal, eso sí no se debería utilizar ni oxitocina, ni prostaglandina, ni epidural porque eso sí que era peligroso para mi útero con la cicatriz. Además tendría que ser en un lugar con quirófano por si al final era cesárea. De esta forma y teniendo en cuenta que me lo cubría el seguro, la clínica Acuario fue el lugar elegido para dar a luz a pesar de estar a 700 kilómetros de casa.

En las vacaciones de Navidad nos dimos un viajecito a Beniarbeig en Alicante (el pueblo dónde se encuentra la clínica Acuario) y allí Enrique Lebrero, uno de los gines me dijo sinceramente que era una tontería afirmar que yo no podía parir, tanto cómo decir que sí podía. Que tenía que ponerme de parto y luego se vería. Esto fue determinante para tomar la decisión. Mi fpp era el 2 de Abril y el 18 de Marzo partimos camino del Mediterráneo.


Preparto.

Después de pasar casi unas vacaciones en Beniarbeig, incluyendo paellitas, paseítos por la playa y preparación al parto en Acuario, por fin el día 2 de Abril por la noche comencé con contracciones. No eran ni muy molestas ni constantes y yo me dormía entre una y otra. La mañana del día 3 pararon y no se reanudaron hasta la noche. De nuevo toda la noche con contracciones flojitas e irregulares. Al final mandé a Jesús al salón porque como mejor estaba era moviéndome por la cama. Mientras mi cuerpo se iba preparando para recibir a mi hijo yo en cada contracción hacía aaaaaaaaaaaaa como si fuera un mantra y cómo había aprendido en la preparación al parto con Gloria, matrona de Acuario. Mientras, Jesús cronometraba los tiempos. A las 6 de la mañana al ir al baño vi que había expulsado el tapón, me alegré bastante porque eso quería decir que algo se estaba ya moviendo por ahí dentro y que ese trabajo ya lo llevaba hecho para cuando el parto comenzase. Lo que le pedía todo el rato al bebé era no romper la bolsa muy pronto, de las historias de parto que había leído saqué la conclusión que cuando se rompía la bolsa pronto el parto era más largo y doloroso, así que repetía todo el rato, 'Cariño, empuja pero todavía no rompas la bolsa, mi vida'.

Por otra parte estaba convencida que las contracciones pararían al llegar la mañana porque siempre había pensado que pariría de noche, pero no fue así. Las contracciones eran cada vez más molestas y frecuentes. Recuerdo que me llamó mi hermano y apenas pude ya hablar con él. En ese punto sentía perfectamente cómo el bebé empujaba y después venía la contracción, era realmente emocionante.

No sé qué hora era cuándo Jesús me dijo que él creía que ya debíamos irnos a la clínica, al final llamamos primero a ver qué me decían. Me encantó escuchar a Gloria al otro lado, pensé 'Quiero parir con ella' pues la conocía de la preparación y me daba mucha confianza. Ella me dijo que fuera para hacer unos monitores, escuchar al bebé y así me quedaba tranquila, y eso hicimos.



El parto

Llegamos a Acuario a las 15:30 más o menos, después de conseguir ducharme, vestirme y salir de casa con las contracciones. Allí se respiraba una paz inusual porque al ser fiesta no había nadie por los pasillos y lo agradecí bastante. Aún así cuando hicimos el monitor no se veían contracciones fuertes, dejé de sentirlas, el latido del bebé era perfecto pero sentía que el parto se había detenido. Gloria me lo advirtió, me dijo que eso no eran contracciones de parto y yo insistía que en casa tenía más y más fuertes, que incluso al salir del piso me había tirado al suelo para poder sobrellevar una contracción fortísima. Al ratito, y viendo que no había contracciones Gloria me preguntó si quería que me hiciera un tacto y veíamos qué tal. A mi me daba pánico que me dijera que aquello no había empezado y se lo hice saber, me dijo que no pasaba nada que la recordaría a ella como la mala de la película toda la vida y ya está. Después de explorarme me dijo que estaba de 2 o 3 cm. Yo lo que quería oir es que estaba de parto pero me dijo, ''Digamos que te estás poniendo de parto''. Uff, no estaba nada claro y ahora tocaba decidir quedarme o marcharme de nuevo a casa. No sabía qué hacer, asi que hablando con Gloria le conté que había expulsado el tapón y que había un poco de sangre. Ella me dijo que sangre habría más y eso para mí fue decisivo, si va a haber sangre me quedo. Me daba pánico que me pasara algo, ahí comenzó a rondarme el gran miedo que andaba en el subconsciente, la maldita ruptura uterina. Como era primeriza calculaban que el parto sería esa noche o la mañana siguiente. Al subir a las habitaciones estaban libres la 202 y 204, 'Quiero la 204' dije, porque pensé que tenía que parir el día 4, que era ese día y no al siguiente. Mientras Jesús se fue a buscar las cosas yo me puse el camisón y los calcetines que había echado en mi bolso por si acaso, pedí una pelota de dilatación, les mandé un mensaje a unas amigas para que me mandaran toda su energía, y encendieran una vela que les había dado yo para este momento e intenté dejarme llevar.

Recuerdo que las contracciones comenzaron a ser más constantes y molestas, dónde mejor las llevaba era en la pelota. Me cansaba de la misma posición y tenía que variar asi que alguna también la pasé en la hamaca y en la cama a cuatro patas, pues era la postura que me habían recomendado Gloria y Enrique para que el bebé se colocase mejor para salir. Aquí comencé a perder la noción del tiempo, cuando llegó Jesús las contracciones eran ya cada minuto y apenas tenía descanso. Ya eran muy dolorosas y ante la perspectiva de toda la noche así grité que yo así no aguantaba hasta la mañana siguiente. De pronto me entraron unas ganas tremendas de ir al baño y me fui al vatér a empujar. ¡mira que lo había leído veces¡ cuando entran ganas de empujar es que es ya el expulsivo, pero era tan pronto y no había roto aguas que ni me imaginé que ya estuviera cerca el final.

Una de esas veces empujando ví que tenía un poco de sangre y me asusté un montón, aquello dolía mucho, no había apenas descanso... el pánico se apoderó de mi y cuando llegó la auxiliar y me dijo que Gloria me había preparado la bañera y que bajara a paritorio le dije 'Dile a Gloria que suba porque a mi se ma ha roto el útero'. Lo recuerdo ahora y me resulta hasta cómico pero eran todos los miedos que tenía en el subconsciente, y que salieron en ese momento.

Aún así me convencieron para bajar a paritorio y una vez allí al ver Gloria que estaba en el expulsivo me dijo que la bañera estaba preparada, que si quería podía tenerlo dentro, pero que tuviera en cuenta que el expulsivo en el agua era más lento, asi que decidí no meterme. Entonces me preguntó si quería poner música o velas y si habíamos traído cámara de fotos. Yo decía 'mis velas, mis velas' y Jesús subió a la habitación a buscar las velas que había comprado unos meses antes con todo mi cariño y a por la cámara de fotos.

Mientras yo hablé con Gloria sobre mi miedo a la ruptura uterina y ella me dijo que me quitara eso de la cabeza, que así no lograría parir. Me puso el monitor y vimos el latido bien y me tranquilicé, pensé que tenía que confiar en ella y le confesé que me estaba cagando, sí literalmente, así era aunque suene escatológico esa era la sensación, me puse en cuclillas a empujar y ella me dijo que no me preocupara que todas las mujeres se hacían caca, que empujara sin miedo si no mi hijo no podría nacer. De esta forma, yo me puse en cuclillas, me puso debajo la silla de partos mientras le dijo a Jesús que se sentara detrás y me sujetara. Todo esto ya lo recuerdo como un sueño, estaba totalmente endorfinada, y en eso que había leído que le llaman el planeta parto.

Aquí volvió a entrarme un pánico terrible, el cuerpo empujaba sólo de una forma brutal, me daba muchísimo miedo. Recuerdo que Gloria me decía que mirara y me tocara para ver cómo iba asomando la bolsa, que todavía seguía intacta, pero yo estaba muy concentrada en empujar y no quería mirar. El expulsivo fue realmente corto, recuerdo haber empujado unas cuatro o cinco veces, en la penúltima es verdad que sentí como si me rompiera en dos, y en el último sentí perfectamente como el bebé asomaba la cabecita. En ese momento Gloria me dijo que parara, sentí que algo pasaba, de nuevo me pidieron que empujara, ahora sentí los hombros perfectamente. De pronto lo tenía encima, era mi hijo, no podía creerlo, recuerdo nítidamente su tacto y sobre todo su olor ¡qué bien olía¡ Le pregunté a Gloria que si venía con vuelta y me dijo que sí pero que estaba perfectamente, le toqué el culito y busqué si era niño o niña, ¡era niño¡, se llamaría Héctor y me acordé de todas las que viendo mi barriga me habían pronosticado que tendría una niña y me hizo mucha gracia. A partir de ahí de todo lo que pasó en el paritorio sólo me acuerdo de que no podía parar de mirar a Héctor. Su padre cortó el cordón, alumbré la placenta muy rápido, la que por cierto está en el congelador esperando que plantemos un árbol. Después llegó el gine, no le dio tiempo a estar en el expulsivo debido a la rapidez, eran las siete menos cuarto de la tarde, me cosió de un desgarro que me había hecho, 5 puntos, ninguno interno, de hecho se ha curado genial y muy rápido. Discretamente recogieron y limpiaron y nos dejaron solos a los tres, fueron unos momento inolvidables.

Cada vez me alegro más de haber hecho 700 km para dar a luz, sin duda ha merecido la pena.

Me gustaría agredecer el apoyo a mucha gente que ha estado a mi lado. Por supuesto a todo el personal de la clínica Acuario, por hacer un sitio tan especial para dar a luz y para nacer, sobre todo a Gloria que permitió que mi hijo naciera con su bolsa intacta y supo acompañarme respetuosamente en esos momentos tan importantes. A Jara y Lolo por animarme a tomar la decisión de ir a Acuario, a Marta y Noe por sus ánimos y confianza en que podía hacerlo. A mis padres por respetar en todo momento mis decisiones y sobre todo a Jesús, porque en todo momento confió en mí, no dudó ni un instante y entendió mis ganas de vivir el parto de nuestro hijo de una forma natural y respetada, me acompañó y vivió estos momentos tan especiales para los dos a mi lado.

Lo único que me queda por decir es que a mi intentaron robarme estos momentos y me duele que diariamente se los roben a muchas mujeres y sus bebés, espero que poco a poco los profesionales confíen más en el cuerpo y la sabiduría femenina para parir, de esta forma se ahorraría mucho sufrimiento en los paritorios españoles. Y bueno, espero que mi relato sirva a alguna futura mamá igual que a mi me sirvieron todos los que leí en mi embarazo.

4 comentarios:

  1. Que pasada, Mamen. Ha sido genial leerte. Me alegro que encontraras alguien que confiara en tí y en tu cuerpo. Lo que siento realmente es que aquí en Cácers no haya gente tan preparada como ésa que sepan hacer bien su trabajo en todas sus variantes. Eres un modelo a seguir respecto a fortaleza y ganas de hacer las cosas bien. Eres una mujer muy luchadora y éso a Héctor le beneficiará enormemente a corto y largo plazo. Qué pena que no se pueda elegir cómo parir en todos los sitios aunque realmente eso no debería elegirse, deberían dejar hacer y punto. Lástima que en España sólo haya una clínica como Acuario y que nos coja tan lejos.
    Muchos besos y gracias por compartir tu experiencia tan fantástica y positiva con nosotras. Bs

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  2. La verdad es que he tenido muchos apoyos, yo sola luchando contra todo, como le pasa a muchas mujeres no lo hubiera logrado. Soy consciente que, por desgracia, soy una privilegiada ¡ojalá todas las mujeres pudieran gozar de su parto¡
    Para mi esta experiencia me ha hecho ratificarme en que la idea de robarnos el parto es del patriarcado. El parto es una demostración de poder femenino, de la grandeza y fortaleza de nuestro cuerpo.
    Tengo en la cabeza que podíamos, no sé cómo hacer alguna campaña sobre parto respetado en CC para el curso que viene. A ver si pensando entre todas se nos ocurre algo.
    Muchas gracias a vosotras por poder compartir mi experiencia.

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  3. Mamen, llorando estoy jajaja.
    Gracias por tu relato, eres valiente y tu hijo algún dia estará orgulloso de ti por haber sabido tomar el camino correcto, el mejor camino para recibirlo, y eso que no fue el facil y eso que no fue el que te dijeron que debias tomar, tu decidiste, tu buscaste y asi encontraste tu regalo, tu marvilloso parto.
    Enhorabuena, te lo mereces, eres grande y gracias por compartirlo porque te aseguro que, al menos a mi, me has trasmitido fuerza, esperanza y confianza para algún día ser capaz de parir de nuevo , pero esta vez como una autentica madre, dueña de mi destino como tu.
    Muchos besos

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  4. Está claro que a las mujeres nos han robado el momento del parto, porque como dices (y tú, que lo has experimentado, lo sabes mejor que nadie) es una muestra del poder de la mujer. Igual que lo es amamantar a nuestros hijos, sin intermediarios, sin tecnología, sin ayudas... sólo con nuestro cuerpo.
    Promover el parto respetado es uno de los objetivos que tenemos en amaryi. Seguro que algo conseguimos.

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