sábado, 16 de octubre de 2010

¿Cómo reclamar que después de 2 años de mi no-parto sigo llorando al recordarlo?

        Ésta es la pregunta que hice ayer en una reunión en la Casa de la Mujer con las asociaciones de madres, personal de los diferentes hospitales de la provincia, matronas y demás y la persona a la que se la hice se calló. No supo responderme. Y todo porque dijeron (ante nuestras quejas expresadas) que no tenían constancia que estuvieran haciéndolo tan mal en los paritorios de la comunidad cuando no había quejas ni reclamaciones ni denuncias por escrito tan numerosas como estábamos dando a entender aunque sí eran conscientes que había que modificar el protocolo de atención a la embarazada cuando el parto es normal porque el que usan actualmente está obsoleto.

       Y vuelvo a lanzar mi pregunta: ¿Cómo reclamar que después de 2 años de mi no-parto sigo llorando al recordarlo? Voy ahora, después de tanto tiempo que es cuando más me estoy dando cuenta del daño que me hicieron y pongo una reclamación. Si valiera de algo, desde éste blog haría un llamamiento a todas las mujeres que han parido en hospitales extremeños y que, después de “x” tiempo se han dado cuenta que los malestares, los dolores en ocasiones, la pena que nos embarga, la falta de confianza en el SES, el terror en ocasiones cuando vamos al ginecólogo y demás son a consecuencia del “maltrato” sufrido el día que tenía que haber sido el más importante de sus vidas y, por supuesto, de sus bebés. ¿Y todo por qué? Porque tuvimos mala suerte y porque nosotras somos bobas y no tenemos los conocimientos médicos suficientes para saber si todas las cosas que nos hicieron estaban justificadas medicamente.

         En Amaryi no estamos en contra ni de matronas ni de ginecólogos ni tenemos ningún plan de boicot ni de guerra ni nada parecido, simplemente queremos que cada uno ocupe su lugar a la hora de atender un parto. Sólo eso. Que las matronas tomen el mando y hagan su labor de atención al parto normal sin las presiones de los “jefes de servicio” o como se llame, que acompañen a la mujer en ésa fase de tan importante de su vida, que nos den confianza, que no estén con las amenazas de por-tu-bien-y-por-el-del-bebé en la boca todo el tiempo, que nos den toda la información REAL y necesaria antes de ése momento para que sepamos reaccionar ante cualquier contratiempo, que sean matronas. Y que los ginecólogos estén dispuestos cuando las matronas los necesiten o cuando haya algo importante o que se salga de la normalidad para intervenir.

        Así que, por favor, igual que vosotros no sois el enemigo, nosotras tampoco. TENERNOS EN CUENTA. Si en verdad os preocupa “nuestro bienestar y el de nuestros hijos” porque “somos vuestra responsabilidad”, escuchadnos, no nos deis de lado. No os de miedo pedir perdón si os equivocáis porque solo con pedirlo ya estáis cambiando la historia.

        Espero que la reunión de ayer sea en verdad tan solo el comienzo y que juntos podamos avanzar y hacer de los hospitales extremeños sean dignos de orgullo y que, en lugar de que las madres de aquí tengan que viajar para dar a luz con unas garantías de respeto y confianza mutua (en ocasiones hasta más de 700 km), sean las madres de otros lugares las que vengan aquí porque van a encontrar lo que necesitan.

María Jesús

6 comentarios:

  1. Lo cierto es que no sé qué decir. Si realmente en el sistema sanitario creen que lo están haciendo tan bien, lo cierto es que deben vivir con los ojos y los oidos cerrados.

    Ya antes de quedarme embarazada sabía que no quería parir aquí, en Cáceres, y yo no tenía entonces conocimiento alguno de ningún grupo de lactancia ni de otras muchas cosas que ahora sé. Sólo había escuchado los relatos de los partos de las madres de mi entorno y no podía dar crédito a que en todos hubiera sido necesaria una episiotomía (a posteriori dolorosa durante mucho tiempo), forceps, ventosas, cristeller...
    Mi decisión por tanto fue buscarme la vida y finalmente parir en mi casa con la asistencia de una matrona. Creo, no, estoy convencida, de que ha sido la mejor decisión que he tomado en mi vida.
    Lo que aún sigo sin poder entender es el dolor que ha de sentir una madre cuando nada más parir (sufiendo, sñi, sufrinedo, los protocolos hospitalarios) se llevan lejos a su hijo, cuando tiene que pasar horas o incluso días sin apenas tocarlo.
    Creo que para comprender el dolor que producen estas experiencias en una mujer hay que haberlas vivido y supongo que ahí está el problema de partida. ¿Por qué tan a menudo los profesionales no son capaces de ponerse en nuestra piel por un momento y reconocer que las cosas podrían ser diferentes, mejores?
    Desde aquí les pedimos que piensen por un momento como mujeres, como madres, ¿cómo les gustaría ser tratadas en un momento que toda mujer desea vivir como el más especial de su vida?

    ResponderEliminar
  2. Yo tampoco puse ninguna reclamación por escrito tras mi parto, a pesar de que yo, mi marido, mis padres, mis hermanos... pensamos hacerlo. El trato que recibí en el Hospital San Pedro de Alcántara fue tan hostil, tan "maltrato", que no sólo yo, pobre puérpera con depresión posparto, lo percibí, sino que toda mi familia se dio cuenta.
    Mi parto acabó en cesárea, como tantos otros, porque una vez dilatada totalmente, el expulsivo "no evolucionaba". Me dijeron que no entendían el por qué, que quizás el hombro de uno de mis hijos se había enganchado con la cabeza del otro (soy mamà de mellizos). Yo estoy convencida de que mi parto se detuvo por culpa de la epidural. Y ésta fue consecuencia de la postura tumbada (unas 20 horas) y la monitorización continua. Todos los días pienso que yo, en ese momento, no luché lo suficiente. Yo debería haber exigido que me dejaran levantarme, que me dejaran deambular, y sin embargo me dejé llevar. Yo estaba convencida de que no quería la epidural, pero tras muchas horas tumbada, casi inmovilizada, acabé pidiendola.
    Yo, como tantas otras mujeres, tengo la sensación de que mi parto fue robado, de que alguien me sustrajo lo que debería haber sido una experiencia vital y única.
    Aun así, debo decir que las matronas que me atendieron en el hospital fueron muy amables. No me hicieron ningún tacto sin antes informarme, y además no fueron muchos. No me rasuraron hasta que fui al quirófano. Me preguntaron si quería un enema; insistieron en que era mi elección ponérmelo o no. Me animaban continuamente, diciéndome que estaban muy contentas de tener entre manos un parto de mellizos "por abajo" (era la expresión que ellas utilizaban).
    Mis mayores quejas del hospital San Pedro de Alcántara son para el personal de la planta, y el trato que recibí durante la semana que pasé ingresada.
    Esto sí que me cuesta recordarlo. Hasta tal punto que, hace poco, pasados casi 2 años desde que estuve allí, al volver a esa planta me costó mucho contener las lágrimas.
    Resumiendo mucho diré lo siguiente: Ayuda con la lactancia cero; apoyo emocional cero; apoyo "físico" cero.
    Nunca entenderé por qué me tenía que quedar sola por las mañanas, con mis dos bebés, si era incapaz, siquiera, de bajarme de la cama sin ayuda.
    Nunca entenderé por qué por las tardes aquello era una feria, con visitas deambulando por todos lados, y nada de intimidad para poder amamantar a mis bebés.
    Nunca entenderé por qué el pediatra no hablaba con los padres. Se limitaban a llevarse al bebé, y te lo devolvían al rato sin ningún tipo de explicaciones de si estaba bien, o mal, o qué.
    Nunca entenderé por qué, en vez de evaluar si mis bebés mamaban bien, o si yo tenía algún problema con mis pechos, insistían todo el rato en darles suero glucosado, y después leche artificial.
    Nunca entenderé por qué a mi nadie me explicó qué tenía que hacer con mi cicatriz, una vez fuera del hospital.
    Son muchas más cosas que, de verdad, me resulta muy tedioso enumerar. Porque he preferido ir olvidando esa semana infernal.

    Yo también espero que las cosas vayan cambiando, aunque sea poco a poco, y que ese borrador de protocolo del SES, a pesar de quedarse muy corto en tantísimas cosas, sea un comienzo para el cambio.

    ResponderEliminar
  3. He parido a dos hijos y con el primero ya escarmenté. Mi hijo nació despues de un parto inducido complicado, aunque realmente no me puedo quejar mucho porque el trato fue muy bueno y comprendí que todas las medidas que se tomaron fueron con razones y explicadas con claridad tanto al padre de la criatura como a mí. Lo peor de mi primer parto fueron las innumerables visitas protocolarias antes del parto al hospital, pasar las mañanas enganchada a un máquina sin saber muy bien si eso realmente servia para algo y cumplida la semana 40 empezar la carrera contrarreloj para la inducción, con el efecto nocebo que ello supone y que en mí causó efecto.
    La estancia en el hospital despues del parto fue bastante mala,tuvimos una separación de tres horas nada mas nacer porque el protocolo así lo mandaba a pesar de que mi niño nación con un test de Apgar de 8/9, nadie daba información sobre la lactancia, al niño se lo llevaban y lo traían y yo no veía lo que hacian con él, ni me contaban practicamente nada, nadie nos puso un termometro ni a mí ni a mi hijo, nadie nos preguntó si habia expulsado el meconio o no, nadie supervisó ninguna toma de mi niño para ver si lo haciamos bien y no... Me amanazaron con el biberón al ver al niño deshidratado (una deshidratación que yo nunca me creí, yo también sé valorar una deshidratación, soy enfermera)y me hicieron estar un dia mas a doble pesada en todas las tomas para nada, porque la pediatra ni se dignó en ver esas dobles pesadas en todo el día.
    Con mi segundo hijio vi que el panorama seguia igual o peor y decidí buscarme la vida por otro lado. Contraté una matrona especializada en el parto en casa y a mi segundo hijo lo tuve en la intimidad de mi hogar, sin malos rollos sin nada de intervencionismo, No subí al hospital en ninguna ocasión, porque recordaba lo nerviosa que me habia puesto en mi embarazo anterior, ahora no quería eso para mí.
    Soy de Plasencia, por lo tanto mi primer parto fue en el hospital virgen del puerto, pero tengo conocidas que han "no parido" en caceres y los motivs son un tanto inconsistentes... les han robado su parto también, al igual que con muchas madres que acuden a nuestro grupo de lactancia con la misma sensación de vacío despues de su parto en plasencia.
    Espero de todo corazón que haya voluntad de cambio.

    ResponderEliminar
  4. Soy madre de dos hijos: un niño de 3 años y una niña de 5 meses y todo me parece un poco exagerado. Yo no he sentido que me hayan robado el parto, en los dos, me atendienron estupendamente en los paritorios del hospital San Pedro de Alcántara. Solo puedo tener quejas de la planta con mi primer hijo, con la niña todo fue diferente.
    Mi primer hijo fue parto natural con forceps, por lo que os podréis imaginar la tremenda episotomía que me hicieron y aún con ello recuerdo ese día como el más maravilloso de mi vida.Episotomía sin epidural, con anestesia local, la cual se pasó antes de que acabaran de coserme. No me separaron de mi hijo ni 5 minutos, el tiempo que tardó el equipo de neonatos que estaba en el paritorio en constatar que, pese a los malos augurios, mi niño estaba perfecto. Mientras me cosían lo tuve puesto al pecho.
    En el segundo parto venía una niña enorme. Ni rasuración ni enema. No me atendió una matrona (solo me hizo el primer reconocimiento y recogida de datos) sino dos ginecólogas encantadoras. Les pedí que, a no ser que la cosa se pusiera muy mal, no me hicieran pasar por los forceps. Fue un parto muy largo, agotador y doloroso, a pelo, sin epidural, no porque no la quisiera, sino porque en mi primer hijo no me hizo efecto y en este ya me había comentado el anestesista que me iba a pasar lo mismo por una derivación que tengo en las vértebras, así que decidí no ponérmela. Mi princesita se rompió la clavícula al salir y a mí me desgarró, por lo que tampoco me libré de los puntos. Aplaudieron en el paritorio cuando nació, sí, porque me costó mucho parir y sin la ayuda de las dos ginecólogas no sé lo que hubiera hecho. Me ayudaron a empujar, a respirar, me reconfortaron en el dolor y me animaron cuando ya no tenía fuerzas ni aliento para seguir empujando.A las dos horas de dar a luz me tuvieron que "recoser" porque dos puntos habían quedado flojos al bajar el hematoma y lo hicieron con mi niña al pecho. No me separaron de ella en ningún momento, solo los dos minutos que tardaron en pesarla, tallarla y hacerle el Apgar.
    En la planta también fueron todos maravillosos conmigo.
    Así que tuve dos partos muy medicalizados y asistidos (en el primero había ciento y la madre en el paritorio, el equipo de neonatos al completo esperando a mi hijo) y no siento que me los robaran ni que me fallaran los lazos con mis hijos ni nada por el estilo. Para mí fueron dos partos maravillosos.

    ResponderEliminar
  5. Queridas mamás y futuras mamás:
    Soy una embarazada de Plasencia y me gustaría que alguien me informase del protocolo del hospital o del ses he estado investigando por Internet pero no logro encontrar nada, me gustaría presentar un Plan de Parto he encontrado algunos modelos interesantes pero quiero conocer lo que hay en nuestra comunidad, aunque leyendo vuestros comentarios soy un poco pesimista. ¿Algún consejo?

    ResponderEliminar
  6. Hola!
    Soy una mamá de plasencia y no sé de cuanto tiempo estás, pero proximamente se van a incluir en la historia de la embarazada un plan de parto protocolizado que podras cumplimentar con tus preferencias a la hora de ser atendida. En Plasencia parece ser que quieren cambiar las cosas, hace poco pude asistir a una reunion donde habia matronas de paritorios y te puedo decir que ganas hay, otra cosa es que las dejen hacer cambios, parece ser que el poder de los ginecólogos aun es muy grande, y por lo visto son los que mas impiden estos cambios.
    Puedes contactar con nosotras para hablar mas rato en nuestro blog del grupo de lactancia de plasencia http://grupoamamar.blogspot.com/ donde encontraras nuestra direccion de correo.
    Un saludo

    ResponderEliminar